miércoles, 16 de enero de 2013

Un mal día para conocer Lugar Común


Quisiera comenzar por decirles que descubrí un lugar fantástico en Caracas. Un lugar para los amantes de la literatura o para aquellos que solo quieran conocer algo distinto.  Un lugar donde el anime y las obras clásicas conviven en armonía. Un lugar para todos aquellos que están cansados de ir  Tecniciencias, preguntar por un libro de Gandhi  y que le respondan: ¿Gandhi qué?  ¿El cocinero? Porque el que sabe de lo que hablo, sabe que sí ocurre.

Pero no, no pasó. Traté de que pasara y sin embargo, no fue así. Mentiría si les digo que la nueva librería, cercana a Plaza Altamira, es lo que esperaba. “Lugar Común” le da honor a su nombre.
Cuando uno tiene expectativas, la realidad suele ser más cruda. Maldito el día que me hablaron de ella, maldito el día que pasé la tarde, sí, porque pasé toda una tarde leyendo las reseñas de El Universal,  El Nacional  o cualquier blog que me encontrara por ahí, que describieran el lugar y sus múltiples beneficios.  Cómo me hubiese gustado conseguirme con ella por casualidad. Hubiese sido diferente enterarme de su existencia al ver que, por mera curiosidad, había un nuevo local al lado de los mejores pastichos de Caracas.

Así fue la cosa: Decidí ir a conocerla y estaba entusiasmada. Muy entusiasmada. Llegué y ni siquiera el letrero de la entrada estaba terminado. No me importó. Ese detalle fue inmediatamente opacado por la vitrina del local. Vitrina no porque vendan ropa o porque sus artículos se estén exhibiendo, sino  porqué sus paredes de vidrio dejan al descubierto el interior de la librería que, sin lugar a duda, tuvo un excelente diseñador de interiores. A primera vista es un encanto de lugar. Está llena de vida y colores cálidos. La iluminación aunque sutil es precisa. Podría hablar mucho más tiempo sobre la iluminación, porque sin caer en extremismos, es perfecta. Destacan los productos nacionales. Productos porque no se limitan a vender solo libros. Postales, franelas, libretas, son entre otras cosas, artículos que llaman la atención de manera agradable.

Y se preguntarán qué rayos fue lo que no me gustó. Es difícil de explicar, ni siquiera yo me entiendo bien. No era lo que esperaba y punto, no hay mucho más que decir. Tenía una idea en mi cabeza, una idea que no se hizo realidad. No es culpa de nadie.  Y ojo, esto no significa que “Lugar Común” no cumpla los requisitos necesarios para ser una alternativa interesante, porqué lo es, pero no dejen que nadie se la describa antes.

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